Siempre soñé
con una pequeña casa
frente al mar:
con un rumor de olas
y un ventanal que,
al despertarme,
inundase de brillo mis ojos.
Ahora vivimos
en un piso del centro
con el ruido de vecinos,
pero al despertar me miras
con tus ojos de sol
y la vida se me llena de luz.
Quizá no esté tan lejos
de ese hogar soñado…