Un lugar donde soñar

Fui la mala de tu cuento, tu villana favorita, tu musa más cruel. Fui una granada que hizo saltarlo todo por los aires: al tocarme te hiciste trizas. Fuimos felices hasta que descubrí que ya no te quería y, en lugar de marcharme, acribillé nuestra relación a disparos de cobardía hasta que no pudimos hacer nada por salvarla.

Cuando al fin tuve el valor de cerrar la puerta, tú tuviste que colgar en la tuya el cartel de «cerrado por derribo». Nunca quise ser tu bola de demolición ni el detonante de tu daño, pero no supe hacerlo de otra manera. Necesité prenderme y quemarlo todo a mi paso para crear de nuevo un lugar habitable a partir de la ceniza.

Lo siento. Te digo que lo siento porque por fin he vuelto a sentir, porque ahora que ha pasado el tiempo he descubierto que, gracias a lo mal que lo hice contigo, estoy aprendiendo a hacerlo bien con él. Podría decirse que he madurado. Que he aprendido a amarme y a ofrecer un amor justo y genuino.

Gracias por haber aguantado el dolor sin tirar la toalla, por haberme amado.

Gracias.

Gracias a ti ahora amo desde un lugar mucho más sano. Uno en el que cada día hay admiración, cariño, risas y amor.

Un lugar donde soñar.

 


Escrito por

Julia. Canarias, 26 febreros. ♥ Graduada en Estudios Francófonos Aplicados. ♥ Máster en Traducción Editorial. Me gusta escribir y traducir, intentar descifrarme a través de las palabras. Escribo para saber lo que siento.

Déjame leer tu valiosa opinión