Gracias por enseñarme a frenar
Debo confesar, amor, que siempre he sido una adicta a la velocidad. Me encanta la sensación de pisar el acelerador a fondo, de subir las revoluciones y volar por la autopista a ciento veinte. Adoro sentir el viento abrazando mi cara y refrescándome la vida. Me gusta ver cómo el paisaje […]
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