Eres el vértigo
de un salto sin red.
Los arañazos en la rodilla
de una niña
que ha perdido el miedo
a caerse.
Eres la sensación
de meter los pies en el mar
cuando la arena quema.
El alivio
de la vuelta a casa
tras un mal día.
La calma
de un día de verano.
Los nervios bajo las costillas
de las primeras citas.
La sorpresa de un lugar
que en cada nueva visita
ofrece algo distinto.
El mar al que acudo
cuando estoy en llamas.
Eres
mi mejor decisión.
Mis ganas
más ciertas.