La vida vuelve a empezar
tras cada final amargo,
tras cada despedida dolorosa,
tras cada fracaso.
La vida empieza de nuevo
cuando me besas,
cuando acaricias mi espalda,
cuando nos abrazamos.
Yo, que vivía
en El Día de la Marmota,
vuelvo a despertar
al mirar tus ojos café.
Yo, que me creí
pájaro en mano
de la nostalgia,
veo los ciento volando
y me quedo contigo.
Has tocado mis vértices más afilados
sin miedo a cortarte,
has apretado mis miedos
y así,
de pronto
y sin querer,
me has reiniciado la vida.