Nunca pensé
que me podría pillar
de alguien como tú.
Tú y yo somos
dos polos opuestos:
tú tan Círculo Polar
y yo tan Polo Norte,
tan lejos
y a la vez tan cerca.
Tú tan de Heineken
y yo tan de Alhambra.
Tu piel tan adornada de tattoos,
la mía tan desnuda
porque toda esa tinta
la vuelco en mis poemas.
Tú tan de trasnochar,
yo tan de perseguir amaneceres.
Tú tan de fútbol y tele,
yo tan de libros y series.
No pegamos,
es evidente.
Porque tú me miras
queriendo quedarte
mientras yo busco en tus ojos
la pista de despegue.
Porque me cuentas
lo que haremos en invierno
sin ver que aún guardo bajo el pecho
tres veranos mal curados.
Porque me hablas
de una nueva vida posible
y yo ya gasté mis siete
en causas perdidas.
Porque has venido
buscando hogar
y yo ya me estoy marchando.
No sé cómo acabará esto,
pero sé que está destinado
a acabar.
Lo sé porque
nuestras primeras veces
suenan a final.
Porque cada beso
sabe a despedida
y si me abrazas escucho,
costillas adentro,
el eco del portazo.
Lo siento,
pero ya estoy cansada
de amores a distancia.
No estoy preparada.
No tengo ganas
ni fuerzas.
No quiero mirarte
en la terminal
y convertirte en promesa.
Porque,
cuando se rompe
una promesa,
es el corazón
quien se hace añicos.
Sólo queda vivir el momento.
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Muy hermoso y sentido poema, disfruté mucho leerlo. Saludos!
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Muchas gracias, un placer que hayas disfrutado de la lectura!! Un abrazo grande 🤗
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Un muy bonito relato de cuando las señales hablan lo evidente y a la vez lo que no queremos ver. Inspiración y letras.
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¡Muchas gracias, Nicki! ❤️ Exactamente, a veces las señales hablan por sí mismas… Un placer que te hayan gustado mis palabras y que te hayas animado a dejar un comentario. Un abrazo y feliz jueves 🤗
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Exactamente Ana, a veces sabemos que va a acabar, pero hasta que acabe se puede disfrutar… Gracias, un abrazo 💗
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