Estoy cansada
de nuestra manera
de amar.
De decir
te echo de menos
solamente cuando
nos sentimos solos
de más.
De vivir de match en match,
de colchón en colchón,
sin conectar nunca de verdad
con nadie.
De dar corazones verdes
para olvidar
nuestras vidas grises.
De elegir con quién
pasaremos la noche
como quien busca
en un catálogo de Ikea.
De que sea más sencillo
tener un orgasmo
que una conversación sincera.
De pasar de una foto a otra
con ojos hambrientos,
como quien entra a una carnicería
en busca del pedazo de carne
más sabroso.
De hincar los dientes,
pasar la lengua,
besar cuellos,
gastarse la boca en otros labios
y chocar contra otros cuerpos,
pero no llegar jamás
a lo que hay bajo la piel.
De saciar el deseo en una noche
y marcharse de madrugada.
De temer tanto al compromiso
que pensamos que ir más allá
de los tres polvos
nos compromete.
De promesas vacías,
cerebros vacíos.
De aprenderse de memoria
el juego de la seducción
y del placer,
pero no recordar
cómo nos queríamos antes.
De esta sociedad de lo instantáneo
en la que podemos pedir
comida y pieles
a domicilio
a golpe de clic.
En este siglo tan virtual,
a veces echo de menos
algo real.
En este mundo tan digital,
a veces desearía
un amor analógico.
Fantástico poema, Julia!!!
Fuerte abrazo.
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¡Muchísimas gracias! Siempre es un placer y un honor tenerte por aquí y que me leas con tanto cariño. Un abrazo grande 🤗🖤
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El placer es mío, Julia.
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Mucha razón.
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¡Muchas gracias, Lorenzo! Un abrazo 😊
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