La vida que no fue

» Cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos «

– Joaquín Sabina

¡FELIZ AÑO A TODOS Y TODAS! Que tengan un año lleno de salud, amor y felicidad. ♥♥

Ahora que me he ido, llegan los recuerdos. A raudales. Impertinentes, no tocan a la puerta antes de entrar. Feroces, clavando sus fauces en mi piel, haciéndome daño. Tres años de recuerdos se precipitan hacia mí como una lluvia torrencial. Y yo, acostumbrada a un clima bondadoso, no sé cómo coño parar este desastre natural.

Cierro los ojos y te veo.

Te veo en la noche en la que nos conocimos, sonriéndome en la penumbra de aquella sala, clavando en mí tu mirada incendiaria.

Aunque tú y yo ya no nos miremos, lo sigo viendo todo.

La primera vez que me sentí en casa a más de tres mil kilómetros de mi hogar cuando me abrazaste.

Las noches recorriendo la ciudad.

El día que me invitaste a ver Black Panther al cine.

La primera cena en aquel restaurante hindú.

Tu manera de agarrarme las manos y decirme que te habías enamorado de mí.

El día en el que fuimos al mercado el domingo y luego tú me hiciste comida sudanesa y yo te hice una tortilla española e hicimos que el invierno de los Alpes se volviera un poco más amable.

El frío de diciembre, la nieve, pasear juntos por Lyon en la Noche de las Luces.

El primer beso en mi residencia.

Ver las luces de la ciudad desde lo alto de aquella calle empedrada y quedarnos hablando hasta la madrugada.

Los paseos en bici hasta el lago.

Las fiestas y tus manos en mi cintura.

Las quedadas con los amigos en el parque.

Nuestro viaje a París, despertar y acariciar tu espalda desde un estudio de Montmartre.

Besarnos en un puente junto al Sena y sentir que éramos los protagonistas de Medianoche en París.

La nieve tras la ventana y el fuego bajo las sábanas.

Tus bailes en calzoncillos al ritmo de Bob Marley.

El vértigo de dejarnos caer montaña abajo.

La tarde en la que nos tiramos sobre la hierba del parque con nuestros amigos y por fin les dijimos que estábamos juntos, aunque ya todos lo sabían…

El verano sofocante y no quererme marchar de aquella ciudad ni de tu piel.

La distancia, los primeros meses separados.

El regreso.

Volver a separarnos.

El reencuentro en Barcelona, la vez en la que viniste a Montpellier a verme.

Separarnos otra vez, el dolor que ya empezaba a pellizcar.

Tu viaje a mi isla para pasar el verano conmigo, el dolor que dejaba de gritar por dentro.

La distancia, de nuevo.

El momento en el que terminé la carrera y nos fuimos a vivir juntos a un piso de veintidós metros cuadrados.

Pandemia mundial.

Regresar a mi isla, dar la bienvenida a la distancia, esa vieja compañera.

Confinamiento.

Más de cuatro meses sin vernos.

Nuestro último verano en esta isla que siempre nos sirvió de refugio.

La despedida en la terminal, no saber ya cómo refugiarme de la distancia.

Las dudas.

La pasión convertida en rutina; el amor convertido en cariño.

No saber qué hacer con el excedente de preguntas que se movían bajo mi frente.

La llamada, decirte eso de que «tenemos que hablar».

Las lágrimas, el insomnio, el dolor pegando más fuerte que nunca.

La despedida.

Desearte que seas feliz, aunque ya no sea conmigo.

El avión que no llegaste a coger.

 

La vida que ya no viviremos.

 

Escrito por

Julia. Canarias, 25 febreros. Graduada en Estudios Francófonos Aplicados. Soy una mortal más que intenta descifrarse a través de las palabras y que escribe para saber lo que siente.

5 comentarios sobre “La vida que no fue

  1. Muy bien condensado todo:

    – los tres años por término medio que químicamente dura la pasión, amor romántico, enamoramiento… Luego como comentas, se convierte en algo menos intenso: cariño, respeto…
    – «la distancia hace el olvido»: sumado a lo anterior es una mezcla que conduce al fin.
    – el saber qué es lo que debes hacer aunque no quieras hacerlo, tanto a la hora de dar el paso de finalizar la relación, como durante el duelo no echarse atrás.

    Estas experiencias son las que merece la pena vivir por mucho que duelan, nos hacen crecer y mejorar.

    Escribes muy bien, enhorabuena.

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  2. Jo, ¡muchas gracias por este comentario! Me ha hecho muchísima ilusión leer tus palabras, has dado en el clavo y has entendido perfectamente lo que quería transmitir con este post. Como dices, si a lo que dura la pasión químicamente se le suma la distancia, es un cóctel demasiado explosivo. Al final, se trata de ser honesta con una misma aunque duela y hacer lo que en el fondo sé que nos va a hacer felices a los dos. Estoy de acuerdo contigo: estas experiencias son las que nos hacen madurar y crecer como persona.

    Te agradezco de corazón tus alentadoras palabras y te deseo un feliz año nuevo.

    ¡Un abrazo! 🤗🖤

    Le gusta a 1 persona

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