Morder la manzana: La revolución será feminista o no será (2018) es un libro escrito por Leticia Dolera. Leticia Dolera, barcelonesa nacida en 1981 que actualmente reside en Madrid, es una actriz, guionista, directora de cine y escritora española. Su carrera profesional comenzó en la serie Al salir de clase (2000 – 2002) y, a partir de entonces, participó en un gran número de series como El comisario (2002), Hospital Central (2004), Los Serrano (2005), El barco (2013), Bajo sospecha (2016), Paquita Salas (2018), La casa de las flores (2020) … También escribió y protagonizó Vida perfecta, una brillante serie de mujeres y sobre mujeres que ganó el premio a mejor serie y mejor interpretación en el festival de Cannes. En el ámbito del cine, también ha protagonizado numerosas películas: Bellas Durmientes (2001), El otro lado de la cama (2002), Spanish Movie (2009), [REC]3: Génesis (2012), Los últimos días, (2013), Kamikaze (2013), La novia (2015), ¿Qué te juegas? (2019) … Asimismo, dirigió y protagonizó la película premiada Requisitos para ser una persona normal (2015). Ha participado además en teatro, en cortometrajes y en el videoclip En el final de los días (2016). La figura de Leticia Dolera y su rol en el activismo feminista siempre despiertan una gran controversia, pero yo creo que su papel es de gran importancia actualmente. Que hablen de ella y que surja el debate me parece una buena señal. Creo que los haters la critican porque, en el fondo, se sienten un tanto intimidados. Al fin y al cabo, como ya dijo Neil Strauss: «Cualquiera que odie algo, es que se siente amenazado por ello».
La lectura de este libro me ha resultado de gran interés y creo que es necesario para abrir el diálogo, para despertar conciencias dormidas, para que las mujeres podamos de nuevo encontrar nuestra voz propia tras tantos años en los que el machismo ha intentado callarnos. En sus 288 páginas se mezclan anécdotas personales, historia feminista y, sobre todo, una crítica mordaz al sistema patriarcal en el que vivimos. «Morder la manzana es una invitación a que las mujeres se apoderen de su vida y de su destino. Del cuerpo y de la mente. Cada cual es dueña de sus sueños, sus pelos y sus orgasmos sin que pueda haber jefecillo, manada ni Brando que lo discuta» (contraportada).
He aquí un párrafo de la contraportada que comparto a modo de sinopsis:
Por mucho que nos hayan repetido que Eva pecó al morder la manzana, sabemos que aquello fue precisamente lo que la hizo sabia. Ella fue la primera, Leticia Dolera no será la última. Esta es una historia sobre todas las mujeres, que nos invita a abrazar una causa que es la de todas las personas que sueñan con una sociedad justa. La autora nos habla del feminismo como descubrimiento, como revelación y como teoría política y filosófica.
Finalmente, a modo de aperitivo por si decides hacerte con el libro, dejo aquí debajo algunos extractos del libro que me gustaron o interesaron especialmente:
«Niñas y niños no crecemos con la misma visión del mundo. Es innegable, como analiza la filósofa Amelia Valcárcel, que los niños, mientras crecen y cocrean su visión del mundo, ven reafirmado su valor innato en cuanto se asoman a la cultura. Al estudiar la historia (con las mujeres silenciadas en los libros de texto), al leer los periódicos (plagados de noticias sobre políticos, escritores o científicos hombres), al ver el mundo del deporte (con veinte minutos al día de deporte masculino en el telediario) se encuentran siempre con la épica masculina. Pero no es solo importante la visión que construyen de sí mismos, sino de las mujeres, a quienes pocas veces ven en roles de autoridad. En cambio, las niñas, salvo excepciones, se encuentran con lugares secundarios y el mito de la belleza rondando. Y es que, como mujer, puedes tener éxito en tu trabajo, pero si no cumples con el mito de la belleza establecida, siempre parecerá que te falta algo (solo lo parecerá, pero te lo acabarás creyendo). Algo que con los hombres no pasa, porque ese mito no existe y porque ellos tienen referentes de éxito a los que se les da altavoz mediático con físicos y edades diversas». (p. 31)
«En el momento en el que hay un bando de la sociedad que tiene privilegios, quiere decir que hay otro bando que carece de ellos y por lo tanto está oprimido por el primero, que se convierte en el opresor». (p. 41)
«Dice Naomi Wolf: “Una cultura obsesionada con la delgadez femenina no está obsesionada con la belleza de las mujeres, está obsesionada con la obediencia de estas. La dieta es el sedante político más potente en la historia de las mujeres”. Y tiene razón». (p. 80)
«La percepción que tenemos de nosotras mismas no puede depender de la mirada de otra persona, sino únicamente de nuestra propia mirada, que tiene que partir de la aceptación, la libertad (eso implica estar libre de referentes estéticos patriarcales) y el amor propio». (p. 81)
«Como mujer feminista que soy, intento liberarme de todo eso, pero a la vez lo tengo metido tan dentro que no puedo evitar querer encajar en ello. Es decir, (como dice mi amiga Ruth), al quitarme las cadenas, me encuentro con las cicatrices». (p. 82)
«Si estás leyendo esto y eres mujer, tú también eres Eva, Pandora y Lilit. Vamos a adueñarnos de esa representación simbólica y vamos a darle la vuelta.
Así que hijas de Pandora, Eva y Lilit…
Si el conocimiento es pecado, pequemos como Eva.
Si la curiosidad es un peligro, seamos peligrosas como Pandora.
Si la rebeldía nos expulsa del paraíso, creemos uno propio como Lilit.
Sigamos su estela y seamos desobedientes con el sistema de géneros establecido.
Que no nos cuenten qué es ser mujer, que lo construyamos nosotras.
Que no nos digan a qué podemos aspirar, que lo decidamos nosotras.
Que no nos arrebaten nuestra sexualidad, que sea nuestra.
Que no nos describan el amor, que lo descubramos nosotras.
Que no nos cuenten la vida, lo que queremos es vivirla.
Escribamos nuestra propia historia.
Mordamos todas las manzanas, abramos todas las cajas.
Ha llegado la hora de la revolución y esta será feminista o no será». (p. 282)
Julia Viciana