Fresh start

¡Buenas, queridos!

Hace más o menos un mes y medio que no publico nada por aquí. Y es que lo necesitaba. Necesitaba parar, dejar de correr frenéticamente sin saber exactamente de qué es de lo que huía. A veces, no te das cuenta de que algo te está persiguiendo hasta que dejas de correr hacia delante y te das la vuelta para mirar hacia tu espalda. Entonces descubres que llevas demasiado tiempo corriendo delante de una bola de nieve que tu misma has creado. Una bola de nieve compuesta por dudas, demasiada autoexigencia, miedos, perfeccionismo, recuerdos… Por fin he conseguido enfrentarme a esa bola de nieve y comprender que no era para tanto, que tan solo necesitaba un poco de tiempo, distancia y perspectiva.

Tiempo. He necesitado volver a mis raíces y pasar un mes y medio en el lugar en el que nací, con mi familia y las personas a las que más quiero para recordarme a mí misma lo afortunada que soy, el privilegio que es poder elegir lo que quiero ser. He tenido tiempo para leer, para ir a la playa con mis amigos, para no pasar tanto tiempo en redes sociales y entender que la conexión más profunda es la que hay entre dos miradas. He reído, he abrazado a la mujer que me dio la vida, he llorado cuando tenía que regresar a esta fría ciudad.

Distancia. Exactamente 3058 kilómetros son los que necesité. Puse tierra y mar de por medio para plantearme si lo que estaba haciendo era realmente lo que quería hacer, si la persona que seré dentro de unos años estará orgullosa de la que soy ahora.

Perspectiva. Fue exactamente eso, el hecho de alejarme, lo que me hizo poder ajustar el enfoque y dejar de verlo todo tan borroso. Es como cuando contemplas un cuadro en un museo a escasos centímetros y no entiendes nada: necesitas alejarte para poder observarlo por completo, para observar cada una de sus partes. Paradójicamente, cuando más me alejé fue cuando más cerca pude sentirme de mí misma.

Hay veces en las que nos exigimos demasiado, en las que nos obligamos a escribir o a crear cuando no estamos bien. Creo que eso es lo que me pasaba: me sentaba a escribir con la presión de hacer nacer las palabras más bellas y acababa frustrada, abandonando. No me di cuenta de que, para que volvieran a brotar plantas de la tierra, primero necesitaba cuidarme y estar una temporada en barbecho. Y he vuelto a escribir, esta vez sin presión y entendiendo que lo hago porque me gusta, por perseguir esa sensación terapéutica, ese cosquilleo interior que la niña que llevo dentro comenzó a experimentar con apenas once años cuando escribía redacciones en el colegio. No hace falta que escriba algo digno del Premio Nobel, me basta con ser un poco mejor cada día, con romper la jaula que da cobijo a mis peores fantasmas para poder desterrarlos a otro lugar.

Así que aquí estoy de nuevo. Con energías renovadas. He vuelto a esta ciudad, pero esta vez siendo consciente de que estoy aquí porque así lo he decidido, porque en este momento de mi vida es lo mejor para mí. He escrito algunas cosas que no había publicado por presión o por miedo, así que a lo largo de estos días iré publicándolas.

Ojalá hayan tenido un primer mes del año maravilloso. Ojalá sean muy felices. Y ojalá disfruten de las palabras que están por llegar. Bienvenidos a esta nueva etapa de mi vida.

Un abrazo enorme ♥♥

 


Julia Viciana

Copyrighted.com Registered & Protected  FXXT-KLIQ-2DE3-QZDO

Licencia Creative Commons

Escrito por

Julia. Canarias, 25 febreros. Graduada en Estudios Francófonos Aplicados. Soy una mortal más que intenta descifrarse a través de las palabras y que escribe para saber lo que siente.

2 comentarios sobre “Fresh start

Déjame leer tu valiosa opinión

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s