No,
tú no te has enamorado
de mí.
Te has enamorado
del retrato perfecto de mí
que has ido construyendo
durante estos años.
Te has enamorado
de los besos con sabor a sal
que nunca nos hemos dado,
de las orillas
en las que no hemos follado
mirándonos a los ojos.
Te has enamorado de los poemas
que descansan arrugados
en la papelera,
esos que jamás
nos atrevemos a enviar.
Te seduce una piel
que no sabes si corta o es suave,
unos ojos que nunca has mirado
a escasos centímetros,
a esa medida de vacío
en la que dos personas
rompen el espacio vital
que los expertos de la proxémica
llaman «distancia personal».
Te has encaprichado
de los kilómetros que nos separan,
sin tener nunca la osadía
de subir a aviones que nos unan.
Te fascinan los atardeceres
de una isla que está más al sur
que tu sur
sin haberlos contemplado en vivo.
Te has prendado de una boca
que tal vez te sepa demasiado amarga,
de la coreografía perfecta de unos labios
que quizás no sepan seguir el compás
cuando la música comience a sonar.
Te apasiona la idea
de una vida perfecta,
de un busto suave al tacto,
sin vértices que se hundan
en tu piel.
Te enamora el personaje,
no la persona.
Una chica de revista
con una vida de anuncio
de compresas.
Un presente sin aristas
ni esquinas afiladas.
Una mujer sonriente,
radiante 24h/7,
que las únicas sombras
que tenga sean las de sus ojos.
Una personalidad alegre
sin pasados que no se pueden
dejar atrás,
sin recuerdos que se clavan,
sin miedos impregnados en el pecho,
sin complejos ni inseguridades.
Lo siento,
pero he de advertirte
de que tú no te has enamorado de mí.
No soy lo que te imaginas.
Así que no me idealices,
por favor.
No pretendas llegar a los pétalos
sin tener que transitar las espinas,
llegar al paraíso con un pase VIP
sin haber caminado antes
por mis nueve infiernos.
No lo hagas,
por favor.
No reserves un hueco en tu mente
en el que tan solo quepan
las partes más bellas.
Te suplico que cuando me mires
veas las luces y las sombras,
que sepas que la vida no es una foto
de Instagram
a la que puedas
subirle la exposición
cuando notes que no tiene
brillo suficiente.
Bájame ya del pedestal
al que me has subido
sin pedirme permiso.
No me endioses
y te sorprendas después
al ver mi lado más humano.
Cuando lo hagas,
cuando seas capaz de
mirar y verme,
cuando no te duela
mirar de frente a mi oscuridad,
entonces sabré que sí.
Que estás enamorado de mí.
Hasta entonces
quédate con ese retrato,
pero entiende que es solo
un boceto
al que le quedan muchos trazos
para ser auténtico.
Pero debes saber
que yo también te entiendo,
no te creas.
Te entiendo porque
cada noche me enamoro
de la luna y,
sin embargo,
jamás he visto
su cara oculta.
Julia Viciana
que bonito mensaje!!
y por cierto muy bien recitado.
preciosas frases
mis felicidades!!👏👏👏
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Jo, muchas gracias por este emocionante comentario, me alegra de corazón que los versos hayan logrado transmitirte algo. Se agradece mucho que dediques tu tiempo a leerme y que me dejes estas palabras de ánimo. Un abrazo y feliz jueves ♥ 🌸
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Como siempre Juli palabras intensas y melódicas. Me encanta
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¡Muchas gracias, Miroslava! Tú como siempre tan encantadora, me alegro mucho de que te haya gustado el poema y de que estés de vuelta por el mundo WordPress, ya se te echaba de menos por aquí… Bienvenida y gracias, siempre, por tu ánimo y tu cariño. Un abrazo grande ♥🌸
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Un mensaje muy actual, recitado con mucha sensibilidad.
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¡Muchísimas gracias por este comentario! 🖤🌸 Un placer que te haya gustado… Feliz domingo.
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Maravillosos versos!!!
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¡Muchísimas gracias! Un placer que te gusten, de verdad. Un abrazo grande y feliz fin de martes. 🖤🌸
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