Daños colaterales

 

 

Creo que es esencial

saber aprender

a cambiar

la dirección de la lucha.

 

En lugar de pelear

contra los demás,

debemos aplicar la batalla

a nuestra propia vida

para ser capaces

de ignorar todo eso

que nos molesta.

 

Jamás podremos cambiar

de raíz a alguien,

no podemos hacer

que las personas tóxicas

dejen de contaminar

el aire de las vidas

con las que colisionan.

 

Pero sí podemos

cambiarnos a nosotras

y comprender

que la gente que es así

también está pasando

por su propia mierda,

por eso tratan de

usar a los demás como pañuelo.

 

Yo también he odiado,

he guardado rencor.

 

Hasta que entendí

que guardar rencor

implica quedarme con algo

de esa persona.

 

El rencor nunca es bidireccional,

nace de lo más hondo

de tu fuero interno,

pero jamás llegará

a su destinatario.

 

Así que,

¿de qué sirve sentir un odio

que no rozará jamás

a la persona odiada

ni la ayudará a mejorar?

 

Hace meses

que de ese fuego ardiente

y de esa rabia desmedida

no quedan ni las cenizas.

 

Hace meses que lo único

que siento al pensar en ello

es la más absoluta indiferencia.

 

Le deseo suerte en la vida

porque debe ser agotador

construirse una existencia

de cartón piedra

para satisfacer las expectativas

de los otros.

 

Además, la lucha no fue limpia:

yo ni siquiera había abierto fuego,

no me interesaba estar

en ese ataque allí ni entonces,

pero dio la casualidad

de que me cruzara en su vida

y ella vació su recámara contra mí

porque eso era mucho más sencillo

que disparar contra sus complejos.

 

Qué le vamos a hacer.

 

Ahora que ha llegado la paz

por dentro y por fuera

me he dado cuenta

de que yo fui solo

el daño colateral

de la guerra que ella mantenía

consigo misma.

 


Julia Viciana

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Escrito por

Julia. Canarias, 25 febreros. Graduada en Estudios Francófonos Aplicados. Soy una mortal más que intenta descifrarse a través de las palabras y que escribe para saber lo que siente.

5 comentarios sobre “Daños colaterales

  1. Nunca había visto el rencor de esa manera, y me gusta mucho tu forma de verlo.
    A veces no somos conscientes que somos simples daños colaterales en la vida de los demás, pero algunos también son de la nuestra y no nos damos cuenta

    Le gusta a 1 persona

  2. ¡Muchísimas gracias, de verdad! ♡🌷 Tienes toda la razón, muchas veces también somos nosotros quienes vamos dejando daño en las vidas de los demás sin darnos cuenta. Te agradezco el tiempo que has dedicado en leerme y estas bonitas palabras que me dedicas. Un abrazo.

    Me gusta

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