Historia de Marina

Este jueves 28 de febrero, vino al centro en el que estoy haciendo mis prácticas la escritora francesa Carole Martínez para dar a los alumnos un taller de escritura. El ejercicio consistía en inventar una historia a partir de algunas frases de sus libros que estaban inacabadas. Nos dio dos folios con pequeñas frases o fragmentos sin fin y nuestro deber era terminarlas, crear nuestro propio relato. Yo en teoría estaba allí simplemente para observar, pero al final mi profesora de prácticas me lio y yo también acabé haciendo el ejercicio. Las frases propuestas estaban extraídas de sus libros Le Coeur cousu (2007) y Du domaine des Murmures (2011). Nos dio veintipico minutos para escribir algo y la verdad es que estaba muy bloqueada y sentía bastante presión jaja. Además, el hecho de escribir en una lengua que no es la materna hace que sea más complicado plasmar con tanta exactitud nuestras ideas. Sin embargo, me hacía gracia e ilusión compartir el resultado de aquel día, que fue muy bonito y enriquecedor. Aquí están las palabras que salieron de todo aquello, que he traducido del francés. Voilà!

Mi nombre es Marina. Soy una mujer anciana que vive en una casa al borde de un acantilado y que dedica sus tardes a contemplar el mar y a sumergirse en sus recuerdos. Nací en esta isla en la que la montaña más alta de España se levanta cada día al alba. Aquí, siempre buscamos el mar en el horizonte para orientarnos y es muy fácil quedarse dormida con la dulce música de las olas.

Desde mi nacimiento, mi madre vio en mis ojos hasta qué punto amaba el mar y nos mudamos a esta casa en la que hoy vivo. Un día, me dijo: «No te preocupes si te sientes triste, mi niña. Las olas se rompen muchas más veces al día que tú». Estaba inscrito en mis venas ese amor por el mar. Pero, cuando miraba el horizonte, sentía una enorme necesidad de abandonar esta isla y de descubrir el mundo.

Oh madre, necesito volver a traerte desde las profundidades para decirte que es ahora cuando he podido comenzar a vivir mi vida. Nunca me dejaste irme de viaje debido a tu estúpida necesidad de protegerme.

Mi alma está bordada de odio y tejida de tristeza. Me hubiera gustado vivir mi juventud como se debe y pasar buenos momentos contigo en lugar de dejar huir el tiempo como arena entre las manos y tener que buscar la libertad en el horizonte.

***

Frente al mar y con mi perra, cuando la playa estaba llena de turistas, abrí esa caja que había guardado en mi casa durante tanto tiempo. Nueve meses habían pasado desde el día en el que me la había entregado un misterioso marinero que nunca había vuelto a encontrar desde ese día y que apareció en la playa en un velero como si fuera un sueño.

Era el momento de hacer frente a mi miedo y abrirla. Todos los turistas, intrigados, se empujaban alrededor de mí mientras yo destapaba lentamente la tapa de plástico. Estaba llena de fotos de mi infancia y, al fondo de la caja, encontré una carta. Esas palabras me cortaron la respiración y, cuando terminé de leerlas, no era capaz de moverme: mi madre no estaba muerta. Tenía 95 años y vivía en Australia. ¡El marinero que me había entregado la caja era mi hermano y yo, con 60 años, acababa de enterarme!


Miss Poessía

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Escrito por

Julia. Canarias, 25 febreros. Graduada en Estudios Francófonos Aplicados. Soy una mortal más que intenta descifrarse a través de las palabras y que escribe para saber lo que siente.

2 comentarios sobre “Historia de Marina

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