Si olvido el olor a sal invadiendo mis pulmones,

el sonido de las olas rompiendo,

el sol enredándose en mi pelo

y calentando mi corazón.

 

Si alguna vez abandono al olvido

esos cafés con mis amigos

que ponen en orden

el caos de nuestras vidas.

 

Si un día ya no soy capaz de recordar

todas esas cosas que le dan sentido a mis latidos:

los besos, los viajes, las palabras,

los sueños, las metas, el camino.

 

Si alguna vez olvido hasta qué punto

puede escocer y curar una canción,

cuánta revolución cabe en unos versos de rap,

cuántos abrazos esconde un poema,

qué quiere decirme un silencio

o por qué necesito el arte.

 

Si una mañana me despierto

y no puedo encontrar

una buena razón para saltar de la cama,

si busco entre los muros de mi memoria

y el tiempo ha arrasado con todo.

 

Si no encuentro calor en la sonrisa de un amigo

ni detecto las ondas sísmicas de una caricia,

ni me dejan sorda los decibelios que producimos

al mirarnos sin decirnos nada.

 

Si olvido para qué vivo,

qué sentido tienes mis insomnios,

todo eso que me prometí cuando era joven.

 

 

Si alguna vez olvido quién soy,

mírame a los ojos,

sacúdeme y dime:

tía, te has vuelto una gilipollas.

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Miss Poessía

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