Le dije cuando intentó besarme que mis labios aún guardaban el regusto amargo de la despedida, que me iba a resultar complicado hacer de otra boca mi pareja de baile cuando la mía se había acostumbrado al tango apasionado de unos besos que conocía demasiado bien.
Cuando me abrazó, le alerté de que mis recuerdos todavía abrasaban e iba a ser difícil que mi espalda se amoldara a sus brazos.
Trató de abrirse paso hacia mi corazón y yo respondí que mi mente todavía estaba anclada a una persona que durante mucho tiempo fue la orilla de mis naufragios.
Quiso que le quisiera de la misma manera que él lo hacía, sin fronteras ni temores, con unos dedos anhelantes y un alma hambrienta de nuevos comienzos. Lo que él no sabía era que no podía comenzar a escribir una historia cuando aún no había sido capaz de poner punto y final a la anterior.
Me hizo descubrir la ciudad desde cada recoveco y me llevó a pasear por los rincones más recónditos de su alma sin miedo a que descubriera su oscuridad. Yo, en cambio, no era capaz de romper los cerrojos de mi interior y le cerraba las puertas en las narices cada vez que intentaba acceder.
Él sabía que mis amarras seguían aferradas a un fondo del que yo misma había decidido alejarme, que un amor intenso deja huellas duraderas.
Sin embargo, aceptó el desafío. Emprendió la loca y arriesgada tarea de amarme.
Me dijo eso de que un clavo saca a otro clavo, que cada nuevo amor tiene más intensidad que el anterior. Me confesó que un personaje como yo le iría muy bien a una historia como la suya, que era mi cara la que ansiaba ver en sus futuros amaneceres.
Luego, soltó su frase final como quien deja escapar una bala de la recámara y se marchó:
- Sé que sigues queriéndolo, pero dame una oportunidad para ver si funciona: dame un mes y, si en un mes no te has enamorado de mí, dejaré de insistir.
Tras eso, sonrió. Era el primer día del mes y me di cuenta de que le sobraban treinta…
Miss Poessía
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¡Genial! Yo creo que fue Milan Kundera en «El libro de los amores ridículos» donde vi por vez primera acuñado el término de «amor de transición». Y es como dices, hace falta cerrar por completo antes de poder darte de nuevo a otra persona. Pero a veces, esas transiciones son absolutamente necesarias para darnos cuenta de ello.
¡Buen día!
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Mil gracias por este bonito comentario, Dante. Estoy completamente de acuerdo con eso que comentas sobre el «amor de transición», a veces esas nuevas personas que nos aman son precisamente las que ayudan a cerrar la etapa anterior y nos ayudan a abrirnos de nuevo emocionalmente. Te agradezco mucho tu apoyo y tus palabras de ánimo.
Que pases un día maravilloso 🙂
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Simplemente precioso.
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Un micro para disfrutando. Bien por ti.
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Muchísimas gracias! Un placer que te guste 😉
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Muchas gracias! ♡
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MUY BUENO
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Muchas gracias, Pippo 😉
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