Foto de la entrada: Andrea Tummons (Unsplash)
Nos han enseñado
que no debemos hablar de nuestra menstruación,
que es asqueroso,
han convertido en tabú y en repugnante
algo tan natural como la sangre
que nos fluye por dentro.
En cambio, hablar sobre las mujeres
como si fueran un objeto,
algo manejable para tu placer…
Eso no parece tan repugnante.
Nos han dicho
que no podemos salir con quién nos dé la gana,
que si queremos disfrutar libremente
de nuestra sexualidad
somos unas putas.
Pero si lo hace un hombre,
entonces es diferente.
Entonces eres un campeón.
Nos han llenado el camino hacia el éxito
de piedras,
de obstáculos,
de curvas.
Y a pesar de todo
hemos andado por ese camino.
Las piedras que nos ponen en el camino,
las hemos usado para lapidar
poco a poco la injusticia,
hemos convertido cada obstáculo
en escalón,
nos hemos hecho conductoras profesionales
de los circuitos en curva.
Es normal que te asuste
que estemos consiguiendo tener éxito,
porque para ti siempre ha estado a un paso
lo que para nosotras
está a cientos de kilómetros.
Nos han presionado para que nos casemos,
para que tengamos hijos,
para que formemos una familia.
Como si solamente hubiera un modelo para vivir,
como si todas las personas encajáramos
en el mismo molde que la sociedad quiere imponer.
¿Tiene sentido decirle a un alma poliédrica
que debe ajustarse al molde de un círculo?
Nos han impuesto que debemos tener una pareja,
que si no nos falta algo,
que ser una solterona
cuando deberías estar pensando en tener hijos
no está bien.
Deberíamos aprender primero a amarnos
a nosotras mismas, porque es la relación más larga
que vamos a tener.
Nos dicen de pequeñas
que no juguemos con ese juguete,
que es de niños.
Que nos comportemos
como una señorita.
¿Pero qué significa eso,
exactamente?
Nos imponen unos cánones de belleza
nada realistas, nos convierten
en mujeres escaparate.
Nos han enseñado a estar
en una guerra constante
con nuestros pelos,
con las arrugas,
con nuestro cuerpo.
¿Desde cuándo se convirtió
nuestro hogar
en un campo de batalla?
Nos miran con desdén si no nos depilamos,
si no seguimos lo que es socialmente correcto.
Pero claro, los hombres
pueden dejar crecer sus pelos
como la vegetación de la selva amazónica
y está bien, es masculino, es sexi.
¿Cómo vamos a hacer caso a lo que es
socialmente correcto,
si cada vez hay menos cosas correctas
en esta sociedad?
Han inundado la prensa de titulares machistas
y lo han convertido en algo habitual:
«Shakira rompe a llorar: el secreto de la mujer de Piqué»,
«Lydia Valentín, una Hércules con maquillaje»,
«Las seis deportistas más sexis de los Juegos Olímpicos»,
«Feliciano López estrena rubia» …
¿Hasta cuándo?
¿Cuánto tiempo necesitan
las mentes oxidadas
para limpiar sus engranajes?
¿Cuánto tiempo más va a hacer falta
hasta que la mujer deje de estar en las sombras
y empiece a brillar con más fuerza que nunca?
¿A qué distancia está la igualdad?
No lo sé, pero sé que
el camino que otras ya recorrieron
tiene que servir de impulso,
no hemos llegado hasta aquí
para rendirnos ahora.
Sé que juntas podremos.
Que juntas, lo haremos.
¡Vamos!
Vamos a morder la manzana
y a acabar con tanto cuento,
vamos a convertirnos en lobas
y desgarrar los tópicos.
Vamos a obtener
lo que siempre hemos merecido.
Miss Poessía
Esta obra está bajo una Licencia Crea
muy bueno
Me gustaMe gusta
Gracias, Pippo 😉 Un placer tenerte siempre por aquí y recibir tus palabras de apoyo. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
«¿Tiene sentido decirle a un alma poliédrica
que debe ajustarse al molde de un círculo?»
Muy bueno, muy muy bueno. Preguntas adecuadas que no deberíamos de hacernos, a la diana.
Gracias, de verdad.
Un abrazo y beso enormes
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, Marina, por este comentario tan bonito. ¡Y feliz Día de la mujer! Aunque ya sea 9 de marzo, para mí las mujeres son protagonistas todos los días. Gracias a ti por el apoyo que siempre me das.
¡Un fuerte abrazo! ♥
Me gustaMe gusta
buenooo miss
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias!! 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona