Foto de la entrada: Ian Schneider (Unsplash)
Tenemos la voz de Sinatra,
el sentimiento de una canción de Chapman,
tenemos los acordes de Marwan,
la Traviata.
Los versos con puntería de Benedetti,
la poesía de Elvira Sastre y Loreto,
tenemos el arte de Giacometti
la magia de Luis Ramiro en un cuarteto.
Tenemos los amigos, los bares,
personas que con tal de vernos
cruzarían siete mares.
Tenemos la risa, el amor,
la familia, las risas,
la gente ajena a las prisas,
la belleza de los cerezos en flor.
El lujo de poder estudiar,
la suerte de nacer en estas coordenadas,
personas que a la locura viven aferradas
y vuelven todo más bello con su mirar.
La riqueza de no tener más que este instante,
la paz de un atardecer en la playa,
la magia de esas almas vibrantes
que jamás tiran la toalla.
Las canciones de Rayden y sus poemas,
abrazos que hacen arder los inviernos
y reducen a cenizas cualquier pena,
el encanto que tienen algunos infiernos.
Tenemos los besos apasionados,
la poesía de lo cotidiano,
aquellos que cuando te cogen de la mano
le dan sentido a todos tus pasados.
Tenemos la familia que a veces es refugio,
la hermosura cambiante de las estaciones,
el encanto de dos enamorados corazones,
la verdad de la amistad sin artilugios.
Tenemos el sexo, el baile y la infancia,
la lucha de los que nos precedieron,
los que no se dejan llevar por la ignorancia
e intentan aprender de los que ya otros vieron.
Las melodías de Einaudi al piano,
a Woody Allen y sus películas,
sentirme en casa en el hueco de tu clavícula
la llama dulce de este sentimiento insano.
Tenemos la prosa de Zafón,
la poesía que encierra una caricia,
las almas huérfanas de malicia
los domingos teñidos de pasión.
Las cartas escritas a mano y la noche,
le gente sexy de mente,
los locos y los que van de frente,
los que en el tejido de tu vida son el broche.
Tenemos los amaneceres frente al mar,
los poetas y los recitales,
los seres únicos que aún saben amar
los cantantes y los festivales.
Tenemos los viajes que renuevan la mirada,
las comidas en buena compañía,
los que hacen del presente la más bella travesía
las conversaciones sobre todo y nada.
La autenticidad sin filtros de las fotos antiguas,
el flamenco, los fados y el tango,
reír hasta que duelan la barriga y las mejillas,
las canciones de Marlango.
Azoteas donde mirar estrellas en vela,
alguien que se enamore de tus pedazos
aunque la vida todavía te duela.
Los Beatles, Queen, Bob Marley y Lennon,
la canción desesperada de Neruda,
Robert Doisneau y Annie Leivobitz,
la delicadeza de los versos de Cernuda.
Tenemos el David de Miguel Ángel,
el olor del café por la mañana,
la dicha de poder estar vivos
y que nos sigan saliendo canas.
Miss Poessía
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MUY BUENA
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¡Muchísimas gracias, Pippo! ❤ Un placer tenerte de nuevo por aquí…
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Me la guardo, para esos días malos, para recordarme todo lo que tenemos, que no es poco! Gracias por poner luz 💛
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¡Muchísimas gracias, Judit! 💛 Gracias a ti por traer siempre tu magia a este lugar, mi blog y yo te lo agradecemos infinitamente. Úsalo cuando quieras, la verdad es que la vida está llena de detalles maravillosos y muchas veces no nos damos cuenta.
¡Un fuerte abrazo y que seas muy feliz! 😉
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