Queridos poetas:
Aquí traigo una nueva entrega de frases que me gustan de los libros que leo. Es algo que no suelo publicar, pero si les gusta puedo seguir haciéndolo. ¿Qué les parece?
P.D.: ¡Feliz Nochebuena a todos y que la felicidad os acompañe!
«Encontré respuestas a mi pasado mientras caminaba por la nostalgia.»
«Sabe sacarme la vida cuando se desnuda y siempre dice que nunca tendremos prisa. Una vez se asomó a un balcón y dejé de tener pasado. Desde que ella está tengo el mar en casa»
«Una mañana alguien tal vez tangible me dijo que mi abuelo «se había ido». Todavía guardo el rencor preciso por no haberme dicho a qué nube. Nunca sé a qué lugar del cielo mirar cuando lloro.»
«No he venido a recordarte tu belleza, no he venido a dedicarte un rocanrol, pero no soy uno más aunque lo creas, maldita sea la vela del barco de tu voz.»
«Tu boca es el portal donde quiero dormirme, tu ropa mi peor enemiga. Imagina que te beso y no te giras. Sentí tu aliento y vi Santiago amaneciendo, saliendo del concierto reías. Si supieras lo que te miro a escondidas, si supieras lo equivocada que estás estando con otros.»
«Ella tenía veinte años y mucha sed. Quería ver mundo y yo tenía una guitarra. Viajé escondido entre sus ruinas a esa edad bastarda en la que los bares, al fin, te niegan.»
«Lo último que supe de ella fue que después de mi boca que canta vino otra. Luego otra. Después no quise saber más. Lo último que supo de mí fue que una vez pretendió darle media noche a quien le habría dado una vida y media.»
«Y tengo miedo de encontrarte y no aguantar las ganas de tirarte al suelo. Volver a romperte la falda, luego tejer un mantel entre mi boca y tu pecho. Llenar de sal los pliegues de tu espalda.»
«Y nos siguió la madera. Prendimos fuego al hostal. Te entretuve con la orquesta disfrazados de dos más. Nos declaramos culpables de la subida del mar. Desafinamos canciones, se nos prohibía llorar. Hoy te he vuelto a recordar.»
«Luego me reclamó una canción. Me pidió que cantara con voz tibia y yo no estaba preparado. Le dije que no tenía guitarra. Respondió que no tenía ropa. Nunca me habían derrotado con tanta elegancia.»
«Vuelve, que te estoy confundiendo con las flores que adornan los defectos de las casas donde aún hablo de ti.»
«Mañana hay una fiesta y me ha invitado el ron a hacerme daño, a hablarle a otras mujeres del cielo de tus labios.»
«Recuerdo sus pasos el día de la partida como un tambor seco y escueto. Le conté que tenía una canción y una vida como si alguna de las dos fueran a servir de algo.»
«En unos días se iría a estudiar a Bruselas. Como si no supiera que mi guitarra no afinaría en su frío.»
«Juramos bañarnos en todos los mares, cantarnos bajito los discos a medias, restarnos la pena, contar los lunares que quedan de ti. Dejar indeleble en mi espalda tu letra.»
«Me detuve en el agua potable de su frente mientras desvestíamos la noche con cante de ron. Me pidió disculpas por llegar veinte años tarde, la amnesia fue una flor que le regalé en la puerta de aquel hostal sin lujo, solo una cama donde desgarrar las estrellas. Me hizo creer que se creía mis mentiras.»
«Tengo demasiado tiempo libre para ser feliz. Tengo que salir de aquí, me estoy volviendo cuerdo.»
«Me besaste en público de la manera más privada. Besabas como una balada de Damien Rice. No me dio tiempo a decírtelo.»
«Me ha llamado caballero la puerta de un lavabo. Me he mirado en el espejo, no era cierto y he llorado.»
«Quiero pisar nieve con mis zapatos y decirte que una huella no es más que el camino de vuelta a casa. Quiero pisarla con tus botas de invierno, llenar mi asfalto de tu verde, convertir todas las carreteras en sitios donde tu otro yo mi otro tú se encuentren y se reconozcan.»
«Que vaya bien, que no tiemble la voz, que no te hagas mayor y no te falte vela ni corriente al navegar.»
Miss Poessía
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