Foto de la entrada: Felipe P. Lima Riz (Unsplash)
Me diste una mirada llena de fuego
desde el otro extremo de la sala
y quemaba tanto
que no hicieron falta señales de humo
para advertir tus pupilas clavadas en mí,
sin disimulo.
El fuego, esa fue tu credencial
antes de presentarnos.
Yo te di un vago interés
y unos ojos fríos
con señal de peligro
por fuertes inviernos.
Me diste canciones de Tracy Chapman
antes de ir a dormir
e hiciste de la voz de Phil Collins
tu manera particular de darme los buenos días.
Yo a cambio te respondí con silencios
y un puñado de ganas afónicas.
Me diste una tarde de cine
y una madrugada caminando por una ciudad
misteriosa para ambos.
Yo una noche perpetua
en la que todavía sigues buscando incansable
un sol, tanteando en mis oscuridades
la promesa de un amanecer.
Me diste unas manos rebosantes
de ansias y deseo, yo unos dedos impasibles
e incapaces de moverse
por algo distinto a la cobardía.
Me diste palabras
que nunca he merecido,
yo a cambio corté de inmediato
mis cuerdas vocales
porque nunca he podido encontrar
respuestas convincentes.
Me diste un abrazo
que encerraba mucha más desesperación
que la canción de Neruda,
yo un cuerpo inerte
de nervios paralizados por el miedo.
Me diste tanta intensidad en tu declaración de amor
que aún sigo fascinada por el nivel de valentía
que pueden llevar consigo unas palabras.
Yo, por toda respuesta, una voz torpe y vacía de sensibilidad.
Me diste una verdad
procedente de lo más profundo de tus entrañas.
Yo te correspondí con un letrero
en la puerta de mi alma
que ponía «cerrado por reparación».
Y aún así, sin poder encontrar
la entrada a mi corazón
y tropezando con calles sin salida
cada vez que vas en busca de mis sentimientos,
sigues sin abandonar
la empresa insensata de quererme.
¿Cuánto tiempo más
seguirán tus manos desolladas
aferrándose a la ilusión?
¿Cuánto tiempo seguirás sufriendo,
con el alma en sangre viva,
por un sentimiento muerto en mi interior?
¿Cuánto tiempo necesitas para darte cuenta
de que estás caminando tras un espejismo
que nunca será tangible?
Si la esperanza es lo último que se pierde,
¿cuántas cosas has perdido ya
en busca de tu meta inalcanzable?
Miss Poessía
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
muy bueno
Me gustaMe gusta
¡Muchísimas gracias! 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
No puede ser más bonito lo que escribes, de verdad, me dejas sin palabras Julia.
Un abrazo enorme y ¡¡Feliz Navidad!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegro de que te guste, todo un honor viniendo de ti. Muchas gracias por el apoyo y el cariño que siempre me das, Chica del Quinto, eres un encanto. Espero que seas muy feliz durante estas fiestas y siempre.
¡Otro abrazo gigantesco para ti! ♡
Me gustaMe gusta