¡Hola de nuevo, queridos poetas! ❤

Hace casi dos meses que no escribo, que no me dejaba caer por este humilde rinconcito en el que desde hace poco más de un año juego a descifrarme en palabras. Qué pasada, cómo pasa el tiempo. Cuando empecé a escribir aquí aquel 13 de julio, con muchísima ilusión y sin más expectativas que compartir la manera en la que uso las palabras como alcohol para mis cicatrices, nunca imaginé que ahora mismo tendría 85 entradas publicadas y 257 compañeros de viaje.

De nada sirve tener un camino por delante si no tenemos a alguien al lado que nos acompañe. Y juro que no podría haber tenido mejores compañeros de viaje que ustedes. Ustedes, queridos poetas. Siempre con comentarios de ánimo, siempre invirtiendo tiempo en leer mis desvaríos. No saben cuánto les agradezco todo el apoyo recibido, en serio, sin él no sé si hubiera seguido publicando aquí. GRACIAS.

Bueno, que me enrollo como una persiana. El motivo principal de este post es comunicarles que he vuelto. No estaba muerta, estaba de parranda 😉. Siempre he pensado que, cuando alguien lleva un tiempo sin escribir, es que las cosas le van bien. Y así ha sido. Estos meses de verano me han hecho redescubrir lo que era la felicidad. La felicidad sin máscaras, a cara lavada, pura. Y he venido para contarlo.

Las fechas de publicación seguirán siendo las mismas:
• Jueves: un poema.
• Domingo: texto, reflexión, artículo o relato sobre cualquier tema.

Sería todo un placer que me sigan acompañando en este vuelo. Amárrense bien los cinturones, porque se acercan turbulencias… ¿Vuelan conmigo?

Miss Poessía

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