Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.
Tal vez esa persona esté
a más de cinco mil kilómetros de tus brazos
y todavía tus ojos no se hayan cruzado con los suyos.
Quizá sí la hayas conocido
pero pensaste que la decisión más sabia
era que tus pies se marcharan bien lejos,
hasta que ya no resonara entre las paredes de tu recuerdo
(poco cuerdo desde que la conociste)
el sonido de su risa.
Puede ser que la conozcas
y que te estés muriendo de ganas
de quemar tu miedo hasta reducirlo a cenizas
y coger una maleta
para que la distancia más grande entre ambos
sea la que cabe en un beso, que ya no haya
más fronteras entre ambos que la piel.
Esa persona se despertará
y se preguntará por qué
le duelen tanto las cicatrices esa mañana,
tú te irás a dormir pensando
en que te sobra saliva para curar heridas
pero que no has encontrado a nadie
que se atreva a enseñártelas.
Pero un día, sin importar
si tu alma se ha preparado o no
para el impacto,
te cruzarás con esa persona.
Y, salgas o no ileso
de ese choque de entrañas sin rumbo,
cuando hayas buceado en sus ojos
sabrás que no podrás
ni querrás
hacerlo jamás en otros.
Que estás decidido a colocar tu felicidad
sobre las iniciales de su nombre
y esta vez no habrá miedo,
duda ni cobardía
que te impida hacerlo.
No sabes si alegrarte
o morirte de miedo,
pero tienes la certeza
de que has encontrado el otro extremo
de tu hilo rojo.
Miss Poessía
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Sin embargo el dolor más grande es cuando has tenido a esa persona del otro extremo y luego desaparece de tu vida y ambos os empeñais en cortar ese hilo que duele como nunca nada ha dolido… Maldito hilo rojo del destino.
A parte de mi discurso cortavenas, un poema precioso señorita miss poessia 😛
Me gustaLe gusta a 1 persona
Te entiendo, Cris, tiene que ser durísimo conocer a esa persona con la que quisieras compartirlo todo y que lo único que compartas con ella sea una despedida. En fin, espero que encuentres al amor, muchas veces te encuentra cuando ya te has cansado de buscar (aunque suene a tópico).
Me encanta que te haya gustado mi poema, es todo un honor llegar a transmitir lo que siento a la gente que me lee. Muchas gracias por leerme…
Muaacs! 😍
Me gustaMe gusta