Me gustaría tener
un huracán de mariposas
revoloteando en el estómago y,
como diría Sara Herranz,
también unos centímetros más abajo.
Me gustaría desear infinitos kilómetros
de piel y que tú fueras
el explorador de cada recoveco,
el viajero que deje un rastro de saliva
en cada paraíso que encuentra.
Me gustaría quererte cuando callas
y estás como ausente
y también cuando nadie te muerde la lengua
y estás más presente que nunca.
Me gustaría desatar todos los nudos
de mi risa cuando me escribes
alguna de tus tonterías.
Me gustaría descubrir
en las palmas de mi mano
un fuego que creía extinto
cada vez que pienso en ti.
Me gustaría que fueras la gota
que colma los diques de mis lagrimales
y que mi mirada se desborde de alegría.
Me gustaría desear tanto
como tú el próximo verano.
Me gustaría,
de verdad, me encantaría
que me gustases.
Ojalá ese ideal
del amor correspondido
fuera fácil de conseguir…
Ojalá mi corazón no fuera
tan caprichoso y masoquista.
Pero hace tiempo que dejé de intentar
que se fundiera en un abrazo con mi razón porque,
cada vez que lo intento,
solo consigo que se disparen a matar.
Así que lo siento.
Siento que estos versos no sean
los besos que debería darte,
siento tener que estar escribiendo
en condicional en lugar de amarte sin condición.
Y lo que más siento es no sentirte bien adentro
en las entrañas,
no haberte dejado un hueco
en el lado izquierdo de mi pecho.
Miss Poessía
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Preciso. El final me encanto.
Sigue escribiendo así de bien.
¡Saludos!
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¡Muchísimas gracias, Paula! ❤
Un abrazo
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