Oceánico

Perdió la orientación, los sentidos, el ritmo, el tiempo y los espacios. Y así fue cómo un día se despertó y no sabía quién era, a dónde debía ir ni en qué punto temporal se encontraba. El único recuerdo que le quedaba era una cicatriz que le cruzaba el alma y la partía en mil desilusiones, una huella que la hacía parecer mucho más feroz, pero que desvelaba su mayor debilidad.

Las mariposas que sentía en el estómago se convirtieron en una enorme manada de antílopes que arrasó con todo. Decidió ahogar esas penas en vasos llenos y labios con sabor a ron, y al final fue ella la que se acabó ahogando en su propia nostalgia. Trató de volver a su epicentro para comprender de dónde había surgido, pero las ondas sísmicas eran tan intensas que perdió el equilibrio y cayó a un vacío que la sumió aún más en la oscuridad.

Hasta que una noche, en un bostezo de sol, se topó con la mirada más brillante que había visto. Y entonces pudo dejar de buscarse, de romperse el alma en busca de respuestas y luchar contra la melancolía en cada amanecer. Porque desde que posó la vista en esos ojos, todas las respuestas acudieron a su presente vestidas de gala y las brújulas volvieron a orientarse hacia la felicidad.

Ella siempre había pertenecido a esa mirada. Porque uno no pertenece al lugar en el que nació, sino a todos esos sitios en los que fue feliz. Y, de golpe, lo supo: nunca había sido más feliz que sumergida en esos iris oceánicos.

Miss Poessía

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Escrito por

Julia. Canarias, 26 febreros. ♥ Graduada en Estudios Francófonos Aplicados. ♥ Máster en Traducción Editorial. Me gusta escribir y traducir, intentar descifrarme a través de las palabras. Escribo para saber lo que siento.

13 comentarios sobre “Oceánico

  1. Sin palabras, pediria que aplaudieran pero tendrían que ser tantos cientos de miles de millones de aplausos que acabarían extendiéndose en la quietud de la eternidad espacial, y no se oirían. Por lo tanto estará aquí mi aplauso solitario que retumbará como millones sonoros. Increible, gracias por tus letras y tu felicidad emanada en cada sílaba.
    Unos ojitos azules, eh (inserte carita pervertida) :p

    ¡Un abrazo jovencita!

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  2. Madre mía, ¡qué comentario más efusivo y motivante! Ya me has alegrado la mañana con tus palabras, si es que contigo la tristeza emigra rápido eh. Muchísimas gracias por leerme, por hacer que me ilusione, por tu aplauso solitario, por TODO. Pervertido 😉
    ¡Un abrazo, ancianito querido!

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